El año 2020 se ha presentado con un objetivo común a nivel europeo: reciclar el 50% de nuestros residuos. Así lo ha fijado la Unión Europea tras la inminente llamada de auxilio de nuestro planeta. Es hora de ponernos en acción y es responsabilidad de todos que empresas y ciudadanos, pongamos de nuestra parte para mejorar poquito a poquito la situación actual de nuestro verdadero hogar.
En el día a día ejecutamos un montón de acciones que, inconscientemente, perjudican gravemente al medio ambiente. Lo hacemos sin querer, por costumbres adquiridas y sin ninguna intención de hacerlo mal. Es por ello que vamos a detallarte algunas rutinas que puedes ir cambiando poco a poco para hacer tu paso por el mundo mucho más sostenible y respetuoso.
La regla de las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar
Ser un consumidor más responsable no solo será beneficioso para el medio ambiente, también te supondrá ahorro económico y la satisfacción emocional de hacer las cosas bien por y para todos. La regla de las 3R consiste en tres conceptos básicos sobre los que puedes regirte:
REDUCIR
El primer paso para que tus actos tengan menos impacto en el planeta empieza por generar menos basura o menos consumo energético. Sencillo, ¿verdad? Algunos ejemplos de cómo llevar a cabo esta R pueden ser los siguientes:
- Si consumes habitualmente ciertos productos de larga duración (detergentes, jabones, suavizantes, aceite, vinagre… etc.), cómpralos en envases de gran tamaño y en formato ahorro. Es decir, en vez de adquirir 3 botellas de 1.5 litros de aceite, opta por grandes garrafas de 5 o más litros. Ahorras dinero y tu acción supone menos plástico para el planeta.
- Utiliza bombillas y faros de bajo consumo energético y aprovecha la luz natural el máximo tiempo posible.
- Utiliza los electrodomésticos con carga completa como la lavadora o lavavajillas y, en el caso de hornos o microondas, puedes aprovechar la energía para la cocción de más de un alimento, ejemplo: bandeja superior se cocina el pollo y en la inferior se precalienta o cocina otro plato.
- Opta por comprar productos respetuosos con el medio ambiente o hacerlos tú mismo. Muchos de los productos químicos que usamos para la limpieza del hogar son altamente tóxicos y muy perjudiciales y, en cambio, existen fórmulas naturales que tienen el mismo efecto y son ecológicas. En Internet puedes encontrar cientos de recetas que sustituyen fregasuelos o limpiadores químicos con recetas de no más de 4 ingredientes naturales como el limón, el bicarbonato, el agua y el vinagre. Si lo piensas, ¡así ha sido toda la vida!
- Cierra el grifo mientras frotas la vajilla o mientras te echas el gel o champú en el cuerpo. Cuesta imaginar la cantidad de litros que desperdiciamos en gestos inconscientes. También puedes incorporar filtros que reducen el caudal del agua, lo que apenas notarás en cuanto a efectividad, pero sí en la factura del agua y en el impacto para el medio ambiente.
REUTILIZAR
Tras el concepto de reducir, se incorpora el de reutilizar. Esto supone hacernos la siguiente pregunta antes de mandar el deshecho a la basura: ¿puedo darle una segunda vida? Aquí también te dejamos algunos tips como ejemplo de reutilizar productos:
Posos del café = abono para tus plantas
Empezando por el desayuno, un buen hábito si eres amante del café, es convertir el residuo de la cafetera en fertilizante para tus macetas. La química de los posos del café contienen hongos y bacterias no solubles que, al entrar en contacto con la tierra y tras el transcurso del tiempo, se descomponen y mejoran el sustrato, transformándose así en abono.
Si utilizas cápsulas de plástico para el café, además del sustrato que aportan los posos, te preguntarás qué hacer con los envases vacíos. Pues… ¡puedes hacer un bonito jardín vertical!
Por cierto, lo de que es un buen ‘desatascador’ ¡es un mito!
Tarros de conservas o encurtidos = táperes de comida
Esos tarros de espárragos, garbanzos o mermeladas son maravillas para guardar otros alimentos. Por ejemplo, para conservar caldos y congelarlos, como táper para llevar la ensalada hecha al trabajo, también para conservar el queso rallado más tiempo en el frigorífico o como tarrito para guardar la pasta y las legumbres en el armario.
Utiliza la otra cara del papel
Para apuntar recordatorios, listas de la compra, documentos informales…, utiliza los espacios en blanco de los folios antes de enviarlos al contenedor azul.
Reutiliza el agua
Por ejemplo, al agua que usas para lavar las verduras puedes usarla para regar las plantas después. Y muy importante, al pasar el verano, al agua de la piscina o spa, puedes darle una segunda vida para lavar el coche o regar el jardín. En este caso, es conveniente analizar este agua para comprobar que su nivel de desinfectante es mínimo y no representa una amenaza para las plantas. Es decir, debe tener un valor inferior a 0,3 mg de cloro por litro de agua y en el caso del oxígeno activo, tendremos que esperar a que desaparezca la sustancia activa.
Vende o cede lo que no uses
Sobre todo en el sector moda, es genial ver cómo aplicaciones para la venta de productos de segunda mano han generado un auténtico mercadillo online para reutilizar ropa, accesorios y complementos. Si para ti ese jersey ha pasado a mejor vida, dásela de verdad poniéndolo en manos de otra persona que lo quiera. Estas acciones reducen el consumo y además puede generarte unos ingresos extras. Vinted, Wallapop, Mil Anuncios… son solo algunas por las que puedes empezar a subir tus productos.
No olvides, que siempre podrás llevar tu ropa a contenedores de prendas habilitados u organizaciones benéficas para que puedan disfrutarlo personas con pocos recursos. ¡No hay excusa!
RECICLAR
Cuando ya hemos exprimido al máximo la vida útil de productos y envases, le llega el turno a la R de Reciclar. Somos conscientes de la función de los contenedores y sus respectivos colores, pero hay algunos detalles que quizá no conozcas sobre los envases. Para empezar, te dejamos esta práctica guía de Ecoembes en la que muestran qué podemos echar y qué no a los contenedores de nuestra ciudad.
Una buena idea que nos ayudará a reciclar en casa, es tener cubos habilitados para ello que nos permitan separar los materiales y la basura de forma sencilla y ordenada. Esto evitará ese momento de »pereza» y la tentación de juntarlo todo en una sola bolsa.
También puedes informarte de si en tu ciudad o localidad, existen puntos limpios móviles en ciertos días de la semana. Esto es genial para deshacerte de residuos más complejos de una forma responsable como pilas, bombillas, cables, juguetes…
VIVE LA NATURALEZA
Si modificas tus hábitos y consigues reducir tu impacto, por supuesto, te mereces disfrutar al máximo de la naturaleza que cuidas. Encuentra tu momento para respirar aire puro, para dormir bajo el cielo estrellado o para navegar por las aguas de nuestro precioso planeta.
Pero siempre teniendo en el punto de mira que hay que reciclar.