Es importante que nos paremos a observar las “representaciones” que nuestros hijos hacen cuando juegan, ya que nos dirán mucho sobre aquello que les gusta, les aburre o con lo que se sienten identificados. Gracias a los juegos de imitación los niños aprenden a ponerse en el lugar del otro; a distinguir los diferentes papeles y roles que existen en la realidad.
Por eso, en la infancia los juegos de imitación están muy presentes, y es importante que no tratemos de evitar que afronten diferentes papeles (que el niño haga de profesora o la niña de papá, por ejemplo), ya que eso les aportará diferentes puntos de vista y ayudará a que los aprecien con perspectiva. Si dejamos que los niños y niñas jueguen como quieran, generalmente encontrarán las soluciones a los problemas con los que se enfrentarán más adelante.
Como cuando juegan a “papás y a mamás”, que generan una atmósfera familiar en la que cada niño toma el papel de un miembro de la familia distinto (mamá, papá, perro, abuelo…) y lo desarrolla.
Los juguetes de imitación son una forma de que los niños reproduzcan lo que ven en la realidad y asocien comportamientos. Ayúdales a crear una atmósfera casera con una cocina de juguete en madera como las de Play&Learn y compleméntala con un lavavajillas eléctrico como el de PlayGo. O el set de utensilios y cubertería de cocina de 13 piezas y el horno eléctrico, ambos también de Play&Go. Con todo ello crearás una cocina completa donde tus hijos podrán jugar a preparar platos riquísimos y aprender las diversas tareas que se hacen en la cocina.
Pero, espera, ¿y si compramos primero la comida? Con la caja registradora táctil eléctrica de Play&Go podrán hacerse con todos los alimentos del carrito de la compra y hacer una cena gourmet para sus compañeros de juegos.