Las fechas más alocadas nos abordan… Comidas, cenas, celebraciones y cientos de planes se acumulan en tan solo tres semanas intensas en las que nuestra vida social se ve multiplicada por mil. Entre tanta llamada y felicitación, es posible que se te haya escapado un invitado que tenías pendiente de recibir o quizás, se te presenten algunos amigos que han decidido cambiar de planes en el último momento y pasar a saludarte.
Visitas (in)esperadas, qué ofrecer para ser el mejor anfitrión improvisado
¿Ha sonado el timbre? ¡No entres en pánico! Un invitado sorpresa es mucho más que un susto, es una oportunidad de pasar momentos increíbles y de ofrecerle todo lo que tienes como si el Espíritu Navideño te hubiera invadido solo a ti este año. ¡Saca lo mejor que tengas y ofréceselo!
Besos y abrazos
Da igual todo lo demás, lo primero es lo primero. Y lo primero es recibirlo de la mejor forma y darle ese achuchón que tanto se merece por venir a verte. Espérale con la puerta y los brazos bien abiertos y ¡que fluya la alegría!
Espacio
Si ha venido con maletas, estará deseando encontrar un sitio donde dejarla y ponerse cómodo. Busca un rincón en tu hogar y hazle sentir como en casa desde el primer momento. Seguro que tienes una leja en el armario o un altillo con un vacío que llenar… ?
Algo de beber
Da igual lo largo o breve que haya sido su viaje hacia tu casa, tendrá sed. Corre a la nevera, haz un escáner rápido de tus provisiones y saca vasos o copas para todos. Si no tienes nada interesante, el agua es una buena opción. ¡Brindad por vuestro encuentro!
Algo de comer
No habías hecho la compra. No tienes casi nada. ¿Qué ofrecerle? Seguro que tienes alguna lata de atún olvidada en un armario y algo de pan. Puede que también tengas algunas olivas o un tomate abandonado en el fondo del frigorífico. ¡Pues ya tienes el aperitivo! Prepara pequeños pinchos y acompaña la bebida para tu invitado. La improvisación puede estar de tu parte si le pones cariño.
Sitio donde dormir
Si llevaba maleta, es que tiene pensado quedarse unos días. Si no contabas con ello y tu casa tiene los mismos metros que el baño de tus padres, ¡no entres en pánico! Hay opciones más allá de ofrecer tu incómodo sofá. ¿Sabes que existen las camas de aire? Son económicas, prácticas, cómodas y lo más importante, cuando no se usan, no ocupan nada de espacio. Un colchón inflable en el que duerma como en su propia cama es mucho más de lo que se puede imaginar, seguro. Tener esta opción a mano es algo que te salvará de más de un apuro no solo en Navidad, si no todo el año.
Estas navidades, disfruta de la gente y vive al máximo las visitas (in)esperadas con Distria.
¡Felices Fiestas!
